Una bomba del General hundió a La Fragata
Hay quienes dicen que las finales son partidos aparte. El fútbol brilla por su ausencia y lo que prima es la fricción, el pelotazo, los nervios y la ansiedad, y en ese cúmulo de tensiones gana el que menos errores comete. Esta final no fue la excepción a aquel pensamiento. La diferencia estuvo en el ganador: no ganó el que menos se equivocó, sino quien tuvo al jugador inspirado que se salió un rato del libreto y armó en cuatro segundos la jugada brillante que modificó el color y, por supuesto, el marcador del partido. Claro, porque el encuentro era chato y aburrido, la pelota iba y venía sin un pie que la haga suya. Sin embargo, en el final del primer tiempo, como si viniera de otro partido, Adrián Antonuccio frotó la lámpara: pisó la pelota en posición de 11, dejo dos hombres en el camino en carrera corta trazando una línea en paralelo al arco rival y sacó en demoledor disparo desde el centro de la medialuna que fue directo a la ratonera, allá abajo donde ni los mejores arqueros pueden detenerla. Golazo y locura de la parcialidad de General Manchester que se sacudía la modorra para abrazar al héroe de la jornada. Luego, el partido siguió en una monotonía previsible. La Fragata sin ideas yendo a buscar, abusando del pelotazo, rezando para que el goleador del torneo, el Pájaro Almuiña, pesque algún rebote, pero la realidad es que no lograron acercar peligro serio al arco defendido por Maxi Irvaszkow. No le alcanzó a los de Ciudad Evita con el despliegue y talento de Jorge D´Agostino ni con la fiereza y empuje de Hugo Verón desde el fondo para doblegar a un General Manchester que se fue sintiendo más cómodo a medida que pasaban los minutos y el entusiasmo de La Fragata se convertía en desesperación. General Manchester fue un justo campeón con una receta simple y efectiva: Un gran arquero, una sólida defensa liderada por el mejor jugador del torneo, Nico Esmail, un medio que raspa y mete en todos los sectores y delanteros de buen pie que exigen cuando hay que marcar y llegan al gol lo justo y necesario para ganar el partido. En pocos renglones definimos a General Manchester, un equipazo. Por otro lado, la imagen de Sergio “Topo” Dedó, aplaudiendo con euforia a su equipo luego de la derrota final, hinchado de orgullo por el amor propio mostrado en la cancha por sus amigos del barrio y la vida, es una linda postal para terminar esta nota.
Así se fue entonces el Clausura 2014, La Fragata con la frente bien alta, mostrando mucha dignidad y orgullo en la adversidad y un General Manchester que volvió a consagrarse en este año y se colocó el rótulo inamovible del mejor equipo del 2014 en Torneos del Bajo. Felicitaciones para ambos equipos y les deseamos un 2015 lleno de fútbol y amigos.
Salud!
Encuentro