Película ya vista un año atrás. Misma sede, mismo calor (esta vez peor) y mismo campeón: Atlético Grisú. La final enfrentó a los dos mejores torneo. Ambos habían ganado sus grupos en la etapa inicial de forma invicta. La Vecchia Signora, debutante en TDB y Atlético Grisu, uno de los históricos llegaron a Ezeiza con la misma ilusión.
Desde el comienzo Grisú se mostró como protagonista. El tridente ofensivo Jorda-Comini- Caceres se encargó de hilvanar las mejores jugadas. Contaron con las subidas de Joaquín Lopez por derecha para descargar juego. A pesar del dominio la llegadas fueron sin mucha profundidad. La Vecchia tardó en acomodarse. Recién pasados los diez minutos se afirmaron en el campo de juego y comenzaron a meter contragolpes. Gran parte de la levantada se debió al muy buen de trabajo de Ale Pizzio, cortando juego, distribuyendo con criterio y asistiendo con pelotazos a sus delanteros. Allí tuvieron una de las más claras, con Agustín Charbonell entrando solo por izquierda con pierna cambiada. Su remate lo sacó Ariel Fiorentino al primer palo.
El extremo calor no permitió que el partido tenga un ritmo sostenido. Luego de uno de los tantos intentos de Grisú de llegar al arco con toques en pared, llegó una falta cerca del área, desde la posición del diez. Fue justamente el diez de Grisu, Maxi Jorda, quien ejecutó el tiro libre. ¿Fue centro? ¿Apuntó al segundo palo? (ver video en Facebook) No queda claro. Hernán Nuñez, arquero de la Vecchia, de buena actuación, termina confundido con una reacción a medias. Lo cierto es que la pelota entró maliciosa, luego de picar primero, y se transformó en el gol del campeonato.
Una final, con resultado uno a cero, hubiera merecido un mejor gol. Lo que sí fue merecido fue el autor de ese gol. Maximiliano Jorda la rompió. El diez manejó los hilos de su equipo, con toques precisos, gambetas profundas y hasta algún lujo de más. Un jugador distinto al resto. El mejor halago fue saludo en el final del DT de la Vecchia. Apenas finalizado el cotejo, el DT derrotado se acercó a saludar y felicitar el diez rival, que minutos atrás había sido su pesadilla. Gran gesto, entendiendo que esto es un juego, más allá de toda pasión.
Una pequeña anécdota sirve para ilustrar la sensación del banco de la Vecchia ante la actuación de Maxi Jorda. Promediando el segundo tiempo el DT, resignado, le gritó a sus defensores: “Viejo, no puede ser que nos esté manejando el partido. Les está pintando la cara…!! ¿Cómo puede ser? ¿Eh?”. Uno de los defensores lo miró y le dijo, simplemente: “Es que juega bien” Honestidad brutal que le dicen. La orden del DT fue la marca personal. Sólo quedó en una expresión de deseo. Al diez no lo pudieron frenar nunca.
La segunda etapa estuvo marcada por la insistencia sin rumbo de la Vecchia Signora buscando el empate y Grisu contragolpeando. Lo más destacado fue la voluntad de Agustín Charbonell por derecha, poniendo mucha garra pero sin concretar. El goleador Genes Silva no tuvo una sola clara en toda la tarde. Chocó con la defensa negra, especialmente con Ariel Andrade, que sacó todo de arriba y de abajo. Un par de centros y un par de tiros libre bien resueltos por Ariel Fiorentino fueron lo poco que generó la Vecchia para empatar. Grisú pudo haber aumentado. El calor, el cansancio, la falta de precisión y la buena tarea de Hernán Nuñez lo impidieron.
Llegó el final, con Grisú campeón por segunda vez. Fue justicia. La Vecchia Signora dejó una muy buena imagen y se ganó un puesto entre los pesos pesados de los domingos. Ahora a descansar y renovar energías para el 2015.