Khamar tenía un lindo desafío: Con una campaña irregular, jugando partidos brillantes y otros no tanto, tenía una exigente prueba para ver hasta dónde podía llegar. Enfrente estaba tal vez el mejor equipo del último año en nuestra liga: Paraná. Invicto desde que llegó a Torneos del Bajo, campeón de la C en el torneo pasado, puntero invicto en este, el equipo dirigido por Ricardo Bucci ha demostrado disciplina, dinámica y un fútbol serio y contundente.
Sin embargo, el partido se le presentó adverso. Khamar jugó con mucha concentración y firmeza para cortar todos los circuitos de juego de los blanquirrojos. Es más, tuvieron chances para ponerse en ventaja que no pudieron terminar de convertirlas en llegadas claras. Los chicos de Paraná, algo desconcentrados por momentos, no entendían que se les podía escapar la punta ya que El Monopolio, el otro puntero, podía quedar solo en la cima si ganaba su compromiso. El partido se iba en cero y era justo ya que ninguno de los dos había sido superior en la suma de los 80 minutos. Pero en la última llegó la desconcentración del fondo de Khamar, sólido hasta ese momento, permitiendo un desborde con centro, serie de rebotes cruzados y la pelota en la cabeza de Joaquín Rabaglio para conectar al gol cuando el partido expiraba. Khamar vendió muy cara una derrota que tal vez no mereció. El rendimiento les sirvió para darse cuenta que pueden pelear más arriba si repiten estas producciones todos los partidos. Lo ganó Paraná con esa suerte de campeón, por estar concentrado en la última jugada y por tener al goleador en el momento justo en el lugar indicado.
Encuentro