Primero contra segundo. Partidazo bajo el sol del mediodía en Ezeiza. Muy caliente pero jugado con limpieza. No defraudaron a los presentes. Muñiz fue claramente superior a su rival y mereció llevarse los tres puntos. Los de Chicago hicieron todo para ganar y se quedaron sólo con un punto, relegando la punta a manos de La Esquina. El Deportivo empezó mejor, con la zurda del rubio Esteban Pedersen manejando los hilos en el medio y con la potencia y habilidad de Gustavo Villalba desequilibrando arriba. Llegó el uno a cero a los 20 minutos, con un golazo de volea de Mariano Quevedo, otra de sus figuras, empalmando de lleno la bocha que venía de un lateral. Muñiz salió a buscar el empate con su tridente ofensivo rápido y encarador, apuntalado desde el medio con el buen criterio de Ariel Castro (cómo habla este jugador…). Llegó el uno a uno, luego de una buena jugada con desborde por la izquierda y centro rasante, para que Adrián Villafañe la empuje sobre la línea.
Llegó el segundo tiempo y las diferencias se hicieron notorias. Cali se replegó y Muñiz atacó. Allí apareció la figura de uno de los jugadores más desequilibrantes de Torneos del Bajo: Cristian “Roy” Carrizo. El 19 fue una máquina de correr y desbordar a sus rivales. Tanto por izquierda como por derecha, hizo lo que quiso con su potencia. No lo podían parar. Los rivales recurrieron al juego brusco y las tarjetas amarillas se hicieron desear. Sólo le faltó serenidad para el último pase. Tremendo.
A pesar de la superioridad del rival, fue el Deportivo quien se puso en ventaja otra vez, gracias a un notable tiro libre de Fede Quinteros, pateado con derecha desde la izquierda, con ángulo cerrado. Muñiz tiró todas sus variantes de ataque, pero el empate también llegó de tiro libre. Un nuevo foul a Roy Carrizo, ejecutado con maestría por Juan Pablo Bizzozero. El zurdazo con mucha rosca, bajó de golpe, pegó en el travesaño, pegó en el arquero, picó en la línea y se metió.
Muñiz siguió insistiendo (ver video en Facebook de la triple salvada). Deportivo Cali metió un par de contragolpes. Las piernas empezaron a pesar. El partido se hizo muy hablado. Dos a dos y final. Buen cotejo, con sensación agridulce para ambos equipos, que resignaron posiciones a poco del final.